Un amigo que me quiere bien, me regaló hace un par de semanas este pequeño libro, apenas algo más de 100 páginas, que tiene a Roberto Bolaño como gancho pero en donde la figura del escritor chileno aparece realmente como una presencia menor, algunas veces puntual, que parece acompasar de vez en cuando el transcurso de la vida del verdadero protagonista, Jaime Quezada, el autor de este diario de una residencia en México.
Un pequeño libro, decía antes, que sin embargo me deja un buen sabor de boca y me abre dos puentes. El primero me lleva a Piedra de sol, un poema enorme de Octavio Paz (ay, si me viera el bueno de Roberto) incluído en su poemario Libertad bajo palabra. El segundo puente se abre tras leer un fragmento del libro en el que autor conoce a Juan Rulfo y me tiene que llevar a leer de una vez por todas la escueta obra del escritor mexicano, sobre todo Pedro Páramo y El llano en llamas.
En todo caso, una lectura recomendable para, por un lado, acercarse de manera tangencial a la biografía del Roberto Bolaño adolescente y, por otro, conocer la efervescente vida cultural del México de finales de la década de los 60 y principios de los 70.
(Muchas gracias, Sergio).
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