8 ene 2011

El sótano


Salí al mundo con un cansancio de años.
Escarbé en mi cólera en busca de las entrañas de la bestia.
Bramé contra el estallido de un río callado.
Me estremecí con el eco de su corriente silenciosa.

Desde el fondo de la tierra, perseguí el murmullo
de una lluvia negra. Alcé mi mano temblorosa
contra un viento incendiado. Taladré la raíz de una memoria
recién segada. Me escondí en los pliegues
de un gigante muerto.

En las esquinas de cualquier ciudad,
busco un reflejo de acero, un silencio con olor
a sótano que no sé si respirar. Lejanos pasos calcinados
me persiguen, como un pétalo
crispando el aire, despertando a su paso
un fervor apocalíptico.

Los enfrentaré con la extraña sensación
de que al final todo se hunde, dejando al descubierto
una nueva herida, otro peldaño más
en la guerra contra el miedo.

Alfonso J. Molino

3 comentarios:

nueva gomorra dijo...

Menudo primer verso, Moli. Es como un tiro en la nuca.
Gracias por el poema.

J. G. dijo...

Vuestra vida no es mejor que la mía.

Anónimo dijo...

Demoledor inicio.