¡Qué suerte! Qué buena la noche que pasamos en el Molino de Atocha, ¿verdad? Un sitio precioso para recitar y para compartir entre todos algo más que una hora de poemas. Para repetir. Y qué suerte el sábado, que después de un día en el que me dejé la voz gritando, nos encontramos en una placita de Lavapíes, frente a los restos de una iglesia bombardeada durante la guerra civil, el concierto de un grupo que me hizo pensar una vez más en los mil caminos que conducen a la felicidad. Un conciertazo de The Pepper Pots, un grupo de soul y ska de Girona, que nos hizo bailar como condenados. Espero que os guste el video.
2 comentarios:
Pues sí, el sábado nos pegamos un buen homenaje poético-festivo, la sed eterna... como diría el bueno de Ben Goraled. Y sí, lo repetimos pronto y añadimos variantes perfomativas, narrativas, fotográficas, musicales... cosas de una ameba.
Por cierto, a ver si el sábado nos llevas a esa iglesia-hito en Lavapiés y tenemos la inmensa suerte de encontrarnos con otro conciertazo como este. Ya nos contarás cómo fue la manifestación por Carlos Palomino... qué lástima, de salvajes está el mundo lleno, a ver cómo sale el juicio hoy. Seguimos en contacto.
Un saludo,
Su Bramísima -NG-
Claro que sí, Zuti. Este sábado nos pegamos una vuelta con el compa Alfredo por ahí, a ver qué nos enseña. Un abrazote
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