8 ago 2018

Las lecciones francesas de Atxaga


Nunca me ha interesado Bernardo Atxaga. Entendedme, ni me ha interesado ni me ha dejado de interesar, pero sí que es verdad que nunca he leído una entrevista suya, ni he comprado ninguno de sus libros, ni me he parado a escucharlo cuando, por casualidad, me he topado con él en la tele haciendo zapping. Sin embargo, hace unos días, haciendo limpieza de profundidad, me encontré con un librito suyo en una caja, Horas extras, publicado por Alianza en 1997. El libro no es gran cosa, pero una de sus partes, la última en concreto: «Reflexiones un tanto francesas», es una lección en toda regla del proceso de construcción social de la literatura; una lección magnífica, y no solo por lo que tiene de amena.  Os dejo una cita:

«Para que un texto literario exista, no basta con un Primer Momento, el de la creación, el momento de la escritura; hace falta también un Segundo Momento, el de la caja de resonancia, el momento social. ¿Qué hubiera sido de la obra de Lautréamont de no mediar los surrealistas? Si la sociología de la literatura no miente, Lautréamont sólo vendió en vida treinta y cuatro ejemplares de sus Cantos de Maldoror, y llevaba muchos años olvidado cuando André Breton y sus compañeros decidieron hacer caja de resonancia, es decir, sacarlo a la luz y divulgarlo».

No hay comentarios: