6 jun 2018

Judíos sin dinero

Una de las novelas que más he disfrutado de los últimos meses. Os dejo con un fragmento.

***

El doctor Isidoro Solow era soltero, joven, desaliñado y triste [...] Era impulsivo y decía sin cuidado todo lo que se le ocurría. Llamaba idiotas a los que dormían con las ventanas cerradas. Ellos se horrorizaban. Nadie había dormido nunca con las ventanas abiertas, decían.
-¡Cómo! ¿Abrir las ventanas cuando fuera hace un frío que pela? -exclamaban.
-Naturalmente -decía el doctor Solow con impaciencia-. Así gastarán menos en médico. Pero ya veo que son ustedes idiotas y quieres estar enfermos. Hagas ustedes lo que les dé la gana.
Una vez le dijo a un hombre que tosía mucho la cosa más extraordinaria:
-Amigo, ninguna medicina puede curarle. Lo que usted necesita es entrar en un gremio.
-¿En un gremio?
-Sí, señor, en un gremio. A usted le hacen trabajar demasiadas horas en esa cochina fábrica, donde le explotan; tiene usted un jornal miserable; necesita usted comer y descansar, amigo. ¡Este es el mal que usted padece! Entre en un gremio.

- Michael Gold, Judíos sin dinero (una historia del Lower East Side), editado por Dirección Única (Barcelona, 2015).

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