anoche ella quería ver una
película de Godard. por alguna
razón yo sentía algo raro al
respecto. dentro de la misma
película Fritz Lang intentaba
filmar la Odisea. pero el productor
era un incordio. Lang ya sabía todo esto.
contrataban a un nuevo guionista que
tenía una mujer preciosa.
y hablaron y discutieron
más de treinta minutos en su
apartamento. ella entonces le dijo:
-tú eres el que has cambiado;
desde que conoces a toda esa
gente del cine. te prefería
cuando escribías novelas policíacas-
y ella se rió y me miró.
y yo la miré y me reí.
Ahora yo soy uno de esos tipos
que gritan: «¡silencio, motor!».
y conozco a mucha gente
y me emborracho y hablo
sin parar con todo el mundo
en las fiestas de fin de rodaje.
pero yo le intento explicar,
que prefiero aún
las rosas amarillas al
desprecio.
Manuel Onetti, Sol eléctrico amarillo (Baile del Sol, Tenerife: 2017).
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