No he leído a muchos narradores portugueses o brasileños. De hecho, el nombre de João Anzanello Carrascosa no me sonaba de nada, a pesar de ser uno de los escritores brasileños más reputados en la actualidad. En todo caso, ha sido un gustazo enorme darme de bruces con un cuentista de primera fila, elegante, sobrio y misterioso, que maneja los recursos del relato de manera magistral, sin torpetas ni aparatosidad alguna.
De los diecisiete relatos del libro del que hablo hoy, El volumen del silencio, hay cinco o seis que rozan la perfección, aunque hay uno, «El jarrón azul», que me ha sacudido especialmente, y no tanto por la efectividad del cuento como por su delicada composición, su oscura profundidad y su conmovedor realismo. Mención aparte me merece «Iluminados», y no porque sea uno de los mejores relatos del libro, sino porque casualmente tengo un cuento inédito que nace de la misma anécdota de la que arranca la narración.
En definitiva, El volumen del silencio me parece un magnífico libro de cuentos. Otra alegría más que me proporciona el fondo de catálogo de una editorial, Baile del Sol, cuya línea de relato corto me está sorprendiendo gratamente.
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