4 sept 2016

Caídos del suelo

De repente, hay un momento en la vida en que te das cuenta de que ya nada es como antes. Que todo es lejano, distinto y ambiguo. Que esa vida, de la que sin darte cuenta ni haberlo pretendido formas parte, pasa a tu alrededor con un desánimo velado de incertidumbre y nostalgia de otros años con menos años. Esa presunta existencia, en ocasiones propia y casi siempre ajena, sin contar contigo, se ha convertido en algo paralelo, prestado y familiarmente desconocido. Los días son una sucesión de días fugaces y las noches son una sucesión de noches que se congelan en tus párpados y se enhebran en tu piel, envolviendo tus miedos y negándote la tregua y las explicaciones que necesitas para entender quién es ese extraño que te escupe el espejo cada mañana. Enredado en esa niebla de desconsuelo que te rodea, acabas comprendiendo que esos asesinos del pasado, creadores de ansiedad y desertores de la pausa, no viven contigo, eres tú.

- Caídos del suelo, Ramón Betancor (Baile del Sol. Tenerife: 2013).

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