Inauguramos con este post una serie de cinco publicaciones sobre Qué hacemos con la literatura, ensayo breve sin apenas desperdicio que publicó Akal en 2013 y que firman David Becerra, Raquel Arias, Julio Rodríguez y Marta Sanz.
Leemos en la página 15:
Para dejar de comportarnos como lectores adolescentes es preciso hacernos conscientes de todo lo dicho y arrancarle el velo idealista a la literatura para tratar de acercarnos a lo que sería en realidad: el producto ideológico de unas condiciones históricas concretas o, como quieren Balibar y Macherey (1976: 44)*, un operador privilegiado en el proceso de reproducción ideológica. Aunque no es este el lugar para ofrecer un repaso histórico que visibilice cómo la literatura ha ido acompañando a la burguesía en su lucha por el poder, desde el siglo XV hasta la actualidad, resulta imprescindible subrayar que la literatura no es un objeto autónomo y radicalmente separado de la coyuntura histórica en que se produce. No existe literatura inocente. Todas las formas de discurso -independientemente de que este sea literario o no- contienen siempre ideología.
* BALIBAR, Etienne y MACHEREY, Pierre (1976): «Sobre la literatura como forma ideológica», eb Louis Althusser et al., Para una crítica del fetichismo literario, Madrid, Akal, pp. 23-46.
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