15 feb 2016

El espíritu corporativo (según Nolens Volens)


La editorial independiente Piedra Papel Libros publicaba en el año 2014 un magnífico ensayo del escritor anarcoindividualista francés Georges Palante bajo el título El espíritu corporativo. Este texto, editado en formato fanzine y traducido por Canek Sánchez Guevara, presenta un análisis y crítica sobre los orígenes de lo que hoy conocemos como corporativismo. El autor explora este concepto a través del estudio de la conciencia individual y colectiva, así como los diferentes comportamientos humanos en función de la pertenencia o no a un grupo. 

Esta idea de la conciencia colectiva y su crítica desde “la mayoría nunca tiene la razón” es examinada en obras como Un enemigo del pueblo de Henrik Ibsen o los estudios sobre masa y élite de Ortega y Gasset en España invertebrada. Tiene también su reflejo en la pieza teatral de Unamuno La esfinge y conecta directamente con Historia de un alemán de Sebastian Haffner donde colectividad y camaradería se asocian al nacimiento y germen del nazismo. 

La función original de la palabra corporativismo hace referencia a la existencia de una solidaridad entre miembros de un mismo grupo profesional como bien señala el autor. Sin embargo hoy en día este espíritu corporativo toma una acepción negativa tras el intento (por parte de la directiva de grandes corporaciones) de expandirse entre todos los trabajadores de una misma empresa y así mitigar los efectos negativos derivados de las pésimas condiciones contractuales y salariales de los pertenecientes al precariado en contraposición a las altas retribuciones de los componentes de la generación del baby boom que ocupan cargos en esas mismas empresas. 

Estas teorías corporativistas y demás estupideces de motivación del empleado (misión-visión, enseñanza de valores de cultura empresarial) fueron ideadas en escuelas de negocios de todo el mundo pensadas para estimular e impulsar el ánimo de los trabajadores mientras la política de empresa se resumía en presionar los salarios a la baja y aplicar el despido libre. 

El texto finaliza señalando los perjuicios derivados de la sumisión del individuo a la resignación moral del grupo, todo un canto al individualismo y al libre pensamiento “donde reside el verdadero ideal moral“

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