Siempre nos decís que no hacemos crónicas de los actos que organizamos o a los que acudimos como invitados. Y si no escribimos esas crónicas es, sencillamente, porque no nos gusta escribirlas. Nos aburre. Nos divierte, por el contrario, escribir de lo que leemos, de lo que vemos, de lo que escuchamos. Pero hoy es distinto, sí señor, aunque no sé si lo que viene a continuación es una crónica o un simulacro de crónica.
Y es que ayer empezó el ciclo de poesía La caja de Lot, que, como sabéis, es la etiqueta estrella de Nueva Gomorra, la que da cobijo a los textos de nuestros metecos y colaboradores habituales (nada más y nada menos que 129 entradas). Un buen comienzo, sin duda. A pesar de la feria y de los entretenimientos varios de un viernes por la noche, más de cuarenta personas acudieron a escuchar casi una hora de poemas y relatos leídos, mano a mano, por Ángel Rodríguez y yo.
El ciclo fue inaugurado por el maestro de ceremonias, sin duda el mayor instigador poético de la ciudad en la actualidad, Sergio R. Franco, y posteriormente Ángel Rodríguez empezó a recitar algunos poemas de su primer libro publicado, Poesía para perdedores. Posteriormente nos mostró parte de su trabajo actual, en concreto, varios poemas de su nuevo poemario, que gira en torno a las biografías de un grupo de mujeres. Después... Qué raro resulta hablar de lo que hizo uno en este recital. En fin... Mejor os dejo con uno de los relatos que leí ayer. No sé hacerlo de otro modo.
WATERWORLD
Hay un tipo que muerde el anzuelo. Hay un tipo de veinte años que le ofrece la mejilla a la vida más puta que un joven puede llevar a sus años, y ésta lo golpea. Hay un tipo que no sabe nadar. Llega al fondo del pozo, toma impulso y puede salir a respirar, pero se hunde pronto. Es un ciclo que se consuma. Como Sísifo, nuestro hombre acostumbra sus días a ese sinvivir absurdo, sólo que al final obtiene recompensa: hay un tipo con agallas detrás de las orejas, y ya no se asfixia.
Este relatillo pertenece a Cuento y aparte.
Lo pasamos muy bien. Así que os invitamos a la lectura del mes que viene, que si todo sale bien contará con la presencia de Joaquín Fabrellas y Rakel Rodríguez, ahí es nada.
Y es que ayer empezó el ciclo de poesía La caja de Lot, que, como sabéis, es la etiqueta estrella de Nueva Gomorra, la que da cobijo a los textos de nuestros metecos y colaboradores habituales (nada más y nada menos que 129 entradas). Un buen comienzo, sin duda. A pesar de la feria y de los entretenimientos varios de un viernes por la noche, más de cuarenta personas acudieron a escuchar casi una hora de poemas y relatos leídos, mano a mano, por Ángel Rodríguez y yo.
El ciclo fue inaugurado por el maestro de ceremonias, sin duda el mayor instigador poético de la ciudad en la actualidad, Sergio R. Franco, y posteriormente Ángel Rodríguez empezó a recitar algunos poemas de su primer libro publicado, Poesía para perdedores. Posteriormente nos mostró parte de su trabajo actual, en concreto, varios poemas de su nuevo poemario, que gira en torno a las biografías de un grupo de mujeres. Después... Qué raro resulta hablar de lo que hizo uno en este recital. En fin... Mejor os dejo con uno de los relatos que leí ayer. No sé hacerlo de otro modo.
WATERWORLD
Hay un tipo que muerde el anzuelo. Hay un tipo de veinte años que le ofrece la mejilla a la vida más puta que un joven puede llevar a sus años, y ésta lo golpea. Hay un tipo que no sabe nadar. Llega al fondo del pozo, toma impulso y puede salir a respirar, pero se hunde pronto. Es un ciclo que se consuma. Como Sísifo, nuestro hombre acostumbra sus días a ese sinvivir absurdo, sólo que al final obtiene recompensa: hay un tipo con agallas detrás de las orejas, y ya no se asfixia.
Este relatillo pertenece a Cuento y aparte.
Lo pasamos muy bien. Así que os invitamos a la lectura del mes que viene, que si todo sale bien contará con la presencia de Joaquín Fabrellas y Rakel Rodríguez, ahí es nada.
3 comentarios:
fue un gus ta zo
(¿a que lo adivino? Fabrellas no tiene blog ¿verdad? :S )
Pues creo que no... Tampoco le pega.
Lo pasamos bien el viernes... y en las scesivas, mejor. Ángel
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