Presas de los días, alcohólicos de aburrimiento. Desterrados del diálogo o las palabras, inventores tardíos del monólogo interior, protagonistas anónimos de un drama de cocina malo. Y la felicidad era eso: el oscuro cumplimiento de los días. Este tiempo se nos va dijo él mirando un grupo de pájaros ausentes, y los niños ululando el fin del equinoccio, conocedores del otoño; ella recoge los platos, limpia la mesa, balbucea unas palabras inaudibles para él, en un idioma sin reglas y sin contenido; se sienta en el sofá de flores tapizadas mientras le observa a él viendo la tele, dormido, un programa donde gritan como personas disfrazadas de rubio. Le duele la espalda a ella, ha dormido mal, no ha hablado en todo el día, en la cocina vio una pluma de pájaro y no pudo comprender qué hacía allí. La barre y la tira a la basura pero no se lo dice a nadie.
Joaquín Fabrellas, de Nos vemos en los bares (VV. AA, Ediciones Raro).
1 comentario:
Y la felicidad era eso: el oscuro cumplimiento de los días.
(e na mo ra do me HE )
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