5 feb 2009

Alguien pondría este título: Desde la sala de lecturas del infierno

Leo La universidad desconocida, de Roberto Bolaño, un librazo, y escribo poemas en la biblioteca de la universidad. Tengo la casa llena de mugre y apenas si me queda comida. Pienso ahora, por ejemplo, en toda esa mierda de la autoficción y pienso, por ejemplo también, en la posibilidad de fabular con el pasado para así curarnos de nuestras propias agresiones. Todo es nuevo en esta página, porque hoy tengo la extraña sensación de que todo es nuevo en mi vida. No sé, he pensado en Alan Pauls (¿quién anda por ahí atrás, a qué me suena lo que acabo de decir? ¡EVM fuera de mi puta cabeza!), y eso me ha llevado a pensar en la posibilidad de morir por la literatura. He pensado en la posibilidad, repito, de morir en la literatura. Renunciar a la idea de escribir sobre nuestro día a día: renunciar, por ejemplo (sí, otra vez, «por ejemplo», «por ejemplo» y mil veces «por ejemplo»), a escribir que esta mañana ha sido mi segunda mañana de trabajo en el archivo y que me lo he pasado bien y se me ha pasado la mañana volando. En resumen, renunciar a esa especie de bajoliteratura memorialística... Pasar mil pueblos de decir, se me ocurre (nótese esta pequeña concesión al público), que esta tarde la máquina de la bollería industrial se ha tragado un euro que me hacía falta para comer. Hablo, por el contrario, de escribir desde la exclusa de lo posible, desde la crátera platónica de la que te nacieron las ganas de ponerlo todo patas arriba... ¡Entiéndete Juan! ¡Pegarle fuego al libro de actas de tu maldita cotidianidad! Intentar aproximarte al tipo que habita detrás de lo (im)posible.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Ey!....¡¡tío!!...totalmente sensibilizado con el tema que tratas. No sé, me has hecho pensar y eso es algo plúmbeo. Qué fuerte lo de las máquinas que se tragan un euro. El otro día fui a pillarme unos condones y se tragaron un euro y ¡¡¡encima!!!....¡tío! no me diron nlas gomitas, por loq ue tuve que practicar la marcha atrás, y eso es vacío

soledad



muerte.


Y en cuanto a lo de la mierda que que te invade en la casa, no sé igual y prueba con dos cosas que se llaman escoba y fregona. Yo, el mes pasado lo hice y fue una experiencia esperienciadora. Te lo juro. No había sentido cosas así desde que me salío en la encuesta "Qué asesino en serie eres" y me salió Mercedes Milá. Te lo juro ¡¡tío!!.

Y nada que cuando quieras quedamos y nos echamos unas cariocas de fuego.

Fdo. El tipo que habita detrás de lo mágico

Anónimo dijo...

Baudelaire también postulaba un imposible detrás, un asiento trasero.

"La Creación es un templo de pilares vivientes/que a veces salir dejan sus palabras confusas/ el hombre la atraviesa entre bosques de símbolos/
que le contemplan con miradas familiares".

Quémalas ya, las putas actas.

Besos

-Pace- NG

Anónimo dijo...

Los versos anteriores los encontrarán en Las flores del mal, un poema llamado "Correspondencias", un gran poeta: Charles Baudelaire.

-La mujer maldita- NG