Hoy venimos y nos vamos con un fragmento de la introducción de lo último que han sacado nuestros amigos de Calumnia Editorial, a quienes felicitamos por la edición de esta joyita filológica de Antonio Orihuela y Ramón Maruri.
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En efecto, somos producto de una ideología monolítica, autoritaria e intolerante con cualquier otro pensar la realidad. Una ideología que deja muy pocos resquicios para respirar otro sueño, y mucho menos si ese sueño quiere serlo colectivo. Una ideología que, por vivirse como natural, no se padece como tal por mucho que los medios de información y propagación de un determinado estilo de vida nos hayan abocado a una uniformización social que mientras aplaude la idiocia, el consumismo y el individualismo más atroz, produce en el sujeto la insatisfacción de los deseos inducidos y un sentimiento de soledad y angustia generalizada que se madura como producto del fracaso personal o como una falta de adaptación al modelo vigente. Bien pareciera que las únicas razones que encontramos para vivir son las razones que el mercado nos enseña, un hedonismo mortal en tanto que se basa en la ausencia de valores humanistas y el vaciado de cualquier tipo de trascendencia.
En Ayparchontia y Cosmosia. Utopía y distopía en la España del siglo XVIII, de Antonio Orihuela y Ramón Maruri (Calumnia Editorial, 2017).
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