20 dic 2011

París, Texas



Me gustaría contarte lo que veo, hablarte
de los hoteles abandonados apareciendo de la nada
en medio de la carretera como castillos solitarios
cuyos puentes levadizos hubieran sido
dinamitados hace tiempo. Me gustaría
contarte lo que veo pero es imposible
hallar un dolor que condescienda
a ser narrado. ¿Vale la pena entonces,
emprender tan largo viaje para ir de un extremo
a otro del silencio? También es imposible
callar por completo: sé que terminaré por llamarte,
como se llama a alguien cuando se está a oscuras,
sin el auxilio de la voz, un estremecimiento
semejante al de esas luciérnagas
que al chocar contra un parabrisas en la ruta,
se deshacen esparciendo una nube pequeña
de polvo y luz, y ésa ―quizás― es su idea
de un encuentro.

Este es un poema de Claudia Masín dedicado a París, Texas, esa maravilla de Win Wemders. El poema pertenece a su poemario Geología y también lo podéis leer en el segundo número de La rara.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Masín en su línea: precioso poema. Y de París, Texas poco más se puede decir de ella.

Roque

Anónimo dijo...

La entrada del blog y el poema de Masín me han llevado a ver París, Texas que me esperaba desde hace años: ahora quiero conducir por largas carreteras desiertas, en noches interminables llenas de moteles y lluvia.

Yolanda