Aquí dejamos el Cuaderno de notas de Anton Chéjov. Lo dejamos hasta la reseña, sí, hasta la reseña necesaria, porque lo merece. Dentro de poco espero que dos: la mía y la de Blumm, que ayer me dijo que se lo quería comprar. Y de nuevo el mismo experimento: abro una página y selecciono la mejor nota. Me quedo con la que leeréis. Una vez más, un breve apunte para describir a un personaje (verbos elípticos, nada de haceres, sino sólo pareceres, es decir, una nota que pretende anticipar quién es el personaje a través de una somera descripción que trasciende lo evidente). Chéjov y los animales... También me interesa. A quién le suena lo de que Un perro hambriento sólo tiene fe en la carne. ¡Rusos!
Una mujer de ideas radicales, que sin embargo se santigua cada noche antes de dormirse y está secretamente llena de prejuicios y supersticiones, escucha decir que para ser feliz hay que hacer hervir, de noche, un gato negro. Roba un gato y, cuando todos duermen, se lo cocina.
3 comentarios:
El cuaderno de notas de nuestro Blumm local supera al de Chejov de forma amplia.
¡Hala!
Palabras mayores, J.G. En todo caso, no dudo de que el cuaderno de Blumm sea muy interesante.
Un saludo.
P.D.: Yo también escuchaba en mis años mozos a los Wipers, no te creas.
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