Amalfitano nació en 1942, en Temuco, Chile, el día en el que los nazis lanzaron su ofensiva hacia el Cáucaso.
Estudió la preparatoria y las humanidades en un liceo perdido entre los lodazales y las brumas del sur. Aprendió a bailar el rock y el twist, el bolero y el tango, pero no la cueca, aunque en más de una ocasión se lanzó al centro de la ramada, pañuelo en ristre y jaleado por su propia alma, pues no tuvo amigos sino más bien enemigos en esa hora patria, huasos puristas escandalizados por su cueca con taconeo, la heterodoxia gratuita y suicida. Las primeras borracheras las durmió bajo un árbol y conoció los ojos desamparados de Carmencita Martínez y una tarde de tormenta nadó en Las Ventanas. Se sintió incomprendido y solitario. Durante un corto periodo de tiempo escuchó la música de las esferas en la micro y en los restaurantes, como si se hubiera vuelto loco o como si la Naturaleza, afinándole el oído, pretendiera advertirle de algo tremendo e invisible. Se inscribió en el Partido Comunista y en la Asociación de Estudiantes Progresistas y escribió panfletos y leyó El Capital. Se enamoró y se casó con Edith Lieberman, la muchacha más guapa de su generación.
Estudió la preparatoria y las humanidades en un liceo perdido entre los lodazales y las brumas del sur. Aprendió a bailar el rock y el twist, el bolero y el tango, pero no la cueca, aunque en más de una ocasión se lanzó al centro de la ramada, pañuelo en ristre y jaleado por su propia alma, pues no tuvo amigos sino más bien enemigos en esa hora patria, huasos puristas escandalizados por su cueca con taconeo, la heterodoxia gratuita y suicida. Las primeras borracheras las durmió bajo un árbol y conoció los ojos desamparados de Carmencita Martínez y una tarde de tormenta nadó en Las Ventanas. Se sintió incomprendido y solitario. Durante un corto periodo de tiempo escuchó la música de las esferas en la micro y en los restaurantes, como si se hubiera vuelto loco o como si la Naturaleza, afinándole el oído, pretendiera advertirle de algo tremendo e invisible. Se inscribió en el Partido Comunista y en la Asociación de Estudiantes Progresistas y escribió panfletos y leyó El Capital. Se enamoró y se casó con Edith Lieberman, la muchacha más guapa de su generación.
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