El Noru se pasa por casa para tomar café, incendiarme la mente con proyectos locos y dejarme la mesa llena de libros y películas. Se le tiene que querer, no hay más remedio. Entre las pelis que me regaló se encuentra Mi Idaho privado, dirigida por Gus Van Sant.
Me ha gustado, por supuesto, como casi todas las que me pasa el güero, y aparte me ha parecido como que muy literaria. Me recuerda a las novelas de la Beat Generation. Parece una novela, por ejemplo, de Neal Cassady. ¿Lo habéis leído? Yo poco. Y qué os parece Gus Van Sant... Tiene nombre de arcabucero flamenco del siglo XVII. Tiene nombre de pintor flamenco de segunda fila. Tiene nombre de mediocampista holandés de los que jugaban en el F.C. Barcelona hace unos años. Ya no quedan holandeses en el Barça y apenas si queda tiempo para ver películas. A partir de ahora tendré mucho más en cuenta todo lo que haya dirigido Gus Van Sant, el arcabucero flamenco que podría haber sido pintor secundario pero acabó dando patadas a un balón.
Idaho parece un bonito lugar.
2 comentarios:
Desde hace algunos días me ronda esa idea a la que esta entrada pone palabras: "ya apenas si queda tiempo para ver películas".
Es verdad... hay tan poco tiempo... para todo aquello que realmente nos importa.
Pero este fin de semana me propongo volver a las buenas costumbres... y el arcabucero es un buen candidato a formar parte del cartel ;-).
Preciosa entrada.
María
Gracias María.
Es una buena peli, aunque a otros amigos nos les van demasiado las pelis del arcabucero.
Tiempo para ver pelis, claro, hay que recuperarlo. Nosotros, unos cuantos habitantes de la city, nos lo hemos propuesto. Quedar de vez en cuando para chuparnos dos o tres seguidas. Que cada uno elija la que más le guste alternativamente. Cerveza, café, palomitas, a gusto del consumidor, y tiempo, eso sí, algo de tiempo. Lo demás es disfrutar.
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