un aullido animal lo dice todo... se derraman notas en la casta de la libertad... la libertad de ser intenso... de desafiar el orden social y romper la lenta monotonía asesina de la censura. desgarrarse de los duraderos vínculos de vasallaje-adoración despiadada al pastor celestial. celebremos nuestra propia carne para abrazar no la raza de uno sino el maratón de nunca abandonar la ardiente tristeza llamada deseo.
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