Pinchar a The Spinanes y saber que todo va a cambiar, que mañana es domingo y que es un día hermoso, de sol y frío, para pasear, jugar al fútbol o vagabundear sin prisa. Alegrarme por Sergiño. Beberme otro café. Leer, con el estómago caliente, ese poema de B. donde habla de lo que significa para él la determinación. Pensar en los consejos de Al-Pacina y en las palabras de Bernardo, en la novela que me dejará Yolanda y en el recital que dentro de poco compartiré con mi amigo Ángel. Leer el Diagonal. Leer La vuelta al día en ochenta mundos. Releer Escribir y callar. Hacer tres o cuatro anotaciones con las que pergeñar el próximo relato. Reservarle a mi colega Antonio un libro escrito a cuatro manos: Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce. Escuchar a Chema silbar. Regar mis plantas. Estudiar etnografía y antropología del parentesco. Soñar con lo posible y lo imposible. Volver a Carver. Planear un viaje a Grecia. Escribir mirando hacia delante. Sentir la secreta satisfacción de los que se saben capaces de olvidar. Toser. Toser con la violencia de un viejo ferroviario. Darle un portazo a la resaca. Cerrar los ojos e imaginar el olor, liviano y dulce, de la piel soviética de mi topo amado. Ponerme entre ceja y ceja un objetivo y saber que no se gana solo con destreza. Aprender a ser paciente. Trazar un círculo con mis tres o cuatro certezas y meterme dentro para conjugarme. Avistar en la memoria aquella cita lapidaria y principiar la espera. Volver a lo real con un timbrazo. Pagarle al chico que ha traído la comida y darle una propina generosa. Oler a tallarines. Saber que todo pasa. Poner un punto y vaciar las manos. No volver a lo que he escrito. No mirar atrás. Saludar a mi impaciencia con un gesto de ternura.
22 ene 2011
Cosas que hacer después del enésimo rechazo editorial (y es el que más duele)
Pinchar a The Spinanes y saber que todo va a cambiar, que mañana es domingo y que es un día hermoso, de sol y frío, para pasear, jugar al fútbol o vagabundear sin prisa. Alegrarme por Sergiño. Beberme otro café. Leer, con el estómago caliente, ese poema de B. donde habla de lo que significa para él la determinación. Pensar en los consejos de Al-Pacina y en las palabras de Bernardo, en la novela que me dejará Yolanda y en el recital que dentro de poco compartiré con mi amigo Ángel. Leer el Diagonal. Leer La vuelta al día en ochenta mundos. Releer Escribir y callar. Hacer tres o cuatro anotaciones con las que pergeñar el próximo relato. Reservarle a mi colega Antonio un libro escrito a cuatro manos: Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce. Escuchar a Chema silbar. Regar mis plantas. Estudiar etnografía y antropología del parentesco. Soñar con lo posible y lo imposible. Volver a Carver. Planear un viaje a Grecia. Escribir mirando hacia delante. Sentir la secreta satisfacción de los que se saben capaces de olvidar. Toser. Toser con la violencia de un viejo ferroviario. Darle un portazo a la resaca. Cerrar los ojos e imaginar el olor, liviano y dulce, de la piel soviética de mi topo amado. Ponerme entre ceja y ceja un objetivo y saber que no se gana solo con destreza. Aprender a ser paciente. Trazar un círculo con mis tres o cuatro certezas y meterme dentro para conjugarme. Avistar en la memoria aquella cita lapidaria y principiar la espera. Volver a lo real con un timbrazo. Pagarle al chico que ha traído la comida y darle una propina generosa. Oler a tallarines. Saber que todo pasa. Poner un punto y vaciar las manos. No volver a lo que he escrito. No mirar atrás. Saludar a mi impaciencia con un gesto de ternura.
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4 comentarios:
Resistencia a la frustración, resistencia a la frustaración .... y un día, nos reiremos de esto.
Desde el lado n-esimo
Y... ¡salta!
No desistas.
Kanikosen te visitará la próxima semana, seguro.
Reconvertir el dolor en ira...meterle fuego a todo!
Yo hoy también te acompaño.
¡Qué casualidad, Blumm, acabo de terminar Kanikones, y me ha encantado!
Juan, si te dijera las cantidad de veces que me han dicho que NO se te pasaría todo... Pero te lo has tomado bien, muy bien, y eso es lo importante.
Además, que tú ya llevas dos, así que...
¡Un saludo!
Es bonito tu nuevo blog.
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