21 ene 2011

Humanismo cortaciano


Para terminar: también a mí me gustan esos capítulos de Rayuela que los críticos han coincidido en subrayar: el concierto de Berthe Trépat, la muerte de Rocamadour. Y sin embargo no creo que en ellos esté ni por asomo la justificación del libro. No puedo dejar de ver que, fatalmente, quienes elogian esos capítulos están elogiando un eslabón más dentro de la tradición novelística, dentro de un terreno familiar y ortodoxo. Me sumo a los pocos críticos que han querido ver en Rayuela la denuncia imperfecta y desesperada del establishment de las letras, a la vez espejo y pantalla del otro establishment que está haciendo de Adán cibernética y minuciosamente, lo que delata su nombre apenas se lo lee al revés: nada.

- Del primer tomo de La vuelta al día en ochenta mundos (Siglo XXI).

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