
Siempre que quiero huir del azul
y tengo ganas de púrpura,
me subo al trapecio que tú
y yo construimos.
Un ojo lo tapo con un reloj
y el otro con tu corazón
y me lanzo de forma decidida,
dispuesto a dar un triple salto mortal.
¡Señoras y señores, sin red!
Empiezo a balancearme de un lado
a otro... tranquilo...
retando a esa azúcar gravedad,
agarrado con fuerza a la barra,
impulsándome con movimientos
bruscos de piernas
pero a la vez coordinados...
Salto...
Dando por hecho que el mejor regalo
que me podrás hacer
mientras que la bilis habite en mi mente,
es saber
que si caigo...
estarás tu allí para recogerme.
Curro Jiménez Melero -NG-
3 comentarios:
Me gusta la mezcla de elementos kinéticos con colores, me parece un hallazgo.
Te dijo un saludo.
Humberto.
Me gusta esa seguridad y ese convencimiento.
Estará allí.
Un saludo.
Bueno, Curro, este poemilla era de los que tenía reservados para el final. Los últimos poemas de El cazador son muy buenos, aunque ya sean bastante antiguos. Si siguieras escribiendo...
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