16 jun 2010

Viaje a México


Para qué engañarnos,
todo viaje tiene como fin su vuelta,
para lo bueno y para lo malo,
en aviones sobre nubes que se acercan
a tierras árticas,
a sueños que se quedaron allá
y sueños que vinieron
en nuestras maletas escondidos,
ni declarados ni tasados,
pasando todas las aduanas
y surcando todos los cielos
en forma de sonrisa,
siendo soplos de vida,
recuerdos
e intentos de ser
un granito más en la arena,
en calles llenas de movimientos tan vertiginosos
que la única respuesta posible
es nuestra propia cara de asombro
y donde la racionalidad pierde todo su sentido
en nuestra mente,
condenados a suspiros y miradas hieráticas
como única forma de fuga.
Esto empezó como un "algo bonito"
y sólo espero que acabe de igual forma.
Que la sensación que quede
sea la que sentimos en el primer
segundo de vigilia tras un sueño hermoso,
que sea el buen sabor de boca
del vino que acompaña
el regreso de los viajeros
que quisieron ver el mundo
desde su propia atalaya,
y tener siempre presente que un buen día
elegimos nuestro propio destino,
para siempre y por siempre,
y aquí, entre estas líneas quedará
con la sola y única intención
de nunca olvidarlo.

Curro Jiménez Melero -NG-

1 comentario:

julia dijo...

no mames, pinche cabrón!!! como extraño a la banda... un beso...