
Philip Rogina, de padre estadounidense y madre croata, conoció cuando tenía apenas 20 años a Nicolai Goldorak. Lo sabemos por una carta que llegó a manos de Paz Gómez, investigadora de la Generación Ausente. A dicha investigadora yo la conocí en Literadura 09, unas jornadas a propósito de la literatura y la muerte que organizó, con gran éxito de público y crítica, el famoso colectivo poético Nueva Gomorra.
Lo que más nos llama la atención de la biografía de Philip es la tormentosa relación que mantuvo consigo mismo y con los que le rodeaban, especialmente con su mujer, una hipster canadiense que había conocido a Jack Kerouac y que incluso llegó a militar en The Black Panter Party (aunque era más blanca que la leche).
Philip Rogina murió a los sesenta y cinco años, apenas unos meses después de la desaparición en aguas del golfo de México de su amigo Nicolai. Sus poemas, amargos y desencantados, nos hablan de un tipo de mirada languida y enmarañada que jamás fue capaz de perdonarse su propia inteligencia.
Os dejamos con él.
Lothar Matthäus, investigador de la Generación Ausente.
YO Y TUS AMIGAS
No voy a convertirme
en quien no soy.
No voy
a transformarme en un imbécil
sólo
y exclusivamente porque
te lo demanden tus amigas hipsters,
tan visceralmente identitarias
ellas.
No.
Primer paso para ganarse el respeto:
marcar
el contorno de quien se es
con lápiz blando
y no borrar.
No borrar
hasta que te borren
o te odies a ti mismo.
No voy a convertirme
en quien no soy.
No voy
a transformarme en un imbécil
sólo
y exclusivamente porque
te lo demanden tus amigas hipsters,
tan visceralmente identitarias
ellas.
No.
Primer paso para ganarse el respeto:
marcar
el contorno de quien se es
con lápiz blando
y no borrar.
No borrar
hasta que te borren
o te odies a ti mismo.
1 comentario:
buen descubrimiento. Apuntado lo tengo.
saludos a todos...
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