12 oct 2009

Relatos completos de Virginia Woolf


Es posible su desaparición entre un cuarto y la cocina por un agujero muy oscuro e infinitamente profundo que habría pasado completamente desapercibido para los demás habitantes y moradores de la casa. Los suspiros en las fiestas por la llegada de una nueva estación o ante la subida mínima de la temperatura incomodan a una determinada clase política.


Suspiran y desasosiegan al mundo, al servicio, a su marido, a la madre. Es difícil reconocerlas porque solo gracias a sus manifestaciones pueden ser vistas. De ahí vendría toda su potencialidad de ser investigadas por primera vez, quizá por alguien propio de su género, sus vestidos y de ahí a los hábitos. Hasta este momento, todavía no se entiende y a tres tiempos que todo pasa, todo está pasando, todo puede pasar cuando dos miradas con la complejidad de generaciones de silencio, movidas en el silencio y constituidas en ese lugar se cruzan y se encuentran, cuando sus experiencias no pertenecen al mundo de la palabra y por tanto no pueden ser expresadas, las miradas tras el segundo de lucidez se apartan, ambas inquilinas limpian entonces insistentes una mancha invisible que no puede ser borrada de un cristal.


Después los días y la preciada y consentida sumisión sexual, los caprichos, los llantos, los pañuelos volando, la mirada insistente en el propio pie y su zapato, las comidas y las visitas. Las manifestaciones podrían haber sido otras, pero son las manifestaciones las que les permiten escribir, en un cuarto, por ejemplo, privado, por ejemplo.


Una de ellas estaba tan ensimismada que entró en el corral pensando que era el lavadero y hasta que un cerdo no le quitó el libro de la mano no se dio cuenta, a algunos lectores les hubiera gustado que se la hubiera comido, pero no sucedió, salió despavorida del recinto.


De alguna forma la capacidad física de generación de la vida incluía un mecanismo psicológico y pequeño pero eficaz de destrucción, tan cerca de la carne se deben conocer inevitablemente los mecanismos de esta para devorarse a sí misma, los sueños estéticos de la sangre. Lo que es seguro es que los sentimientos más terribles y lúcidos pueden tenerse cosiendo en apenas un tiempo imperceptible, plácidamente y mirando el reloj para programar la cena o el momento cumbre de la espera, allá cuando ya se ha perdido la esperanza de ser correspondido y pasar la vida así, habiendo tenido la capacidad para destruir generaciones enteras, por una contención.


Un solo segundo y una corriente de maleficios y contra-maleficios ha sido congregada en la mente. Las paredes de la casa son las paredes del mundo, fuera están todos los pensamientos, aquí dentro, todos los fantasmas.


Mientras, en cualquier parte del mundo, alguien se ha quedado embarazada de un susto, y después de la hora del té, el nuevo siglo les permite fumarse un cigarro a escondidas con su hermana o la sirvienta o su amiga y se cuentan un secreto tan sucio que si el aludido lo oyera perdería hasta el último ápice de su..., por tanto todo su ser.


Las conversaciones giran entorno a las necesidades de las cosas y de las gentes y también acerca de ciertos movimientos que influencian al tiempo y al ánimo. El Times está encima de la mesa. Pueden ser confundidas con estados mentales, pero también con los muebles. Pueden florecer de repente en una reunión con un comentario acertado de política, menaje, una agudeza. Pero cuando hablan, no hablan de eso, no están hablando de eso, ni de los hijos, ni de las magdalenas, ni del estado de las cosas en este mundo de cosas, sino que lo que están haciendo es mover el motor y alimentándolo, pero esto es propio de cualquier ser. ¿Son ellas seres también? ¿Es decir, reales?


Por sus manifestaciones las reconoceréis.


Por otro lado, ya en esta parte del siglo se está haciendo cada vez más evidente que ya no hay nada de bondad en la asociaciones benéficas, auxilio en el caldo para el difunto o celebración en la visita para las congratulaciones y dentro de estos conjuros sociales el Mal tampoco les pertenece, sino que es una corriente que fluye por el corazón ... ¿son ellas también seres?, ¿qué es exactamente toda esa agua que es la que inunda la cocina, y en invierno hace que las manadas de bueyes se queden congeladas bajo los ríos congelados? ¿De dónde viene exactamente toda esa agua que está llenando la casa? Mi casa estaba pegando a la roca, las vistas daban al lago y la pared opuesta goteaba constantemente.


En cambio, las mujeres de Londres no se congelan y saben flotar con un paraguas invertido por las dependencias de sus casas, llegaba la época del sufragio, a esto podemos denominarlo una vez mas asociación secreta, mafia que estira las sábanas y muestra la importancia (y la perversidad) de una cama sin arrugas o secta que fuma en pipa por la boca de un hombre, versiones de diferentes mecanismos artificiosos y sociales. Pero el artificio en parte les pertenece.


Un siglo después, investigaciones psicológicas, genéticas, cibernéticas, robóticas no explican la diferencia. Probablemente la naturaleza espiritual y por lo tanto carente de estructura haga más apropiado una teoría del vacío o un motor que genere opinión pública y erótica.


Si es posible también podrán cambiar de sexo a través solo de un estado de ensimismamiento. El diario, escrito en primera persona, imperiosamente íntimo, descriptivo y secreto, es una importante huella de su paso misterioso por el mundo. Algo que todavía esta cifrado y analizado con estructuras de un solo ojo, diario de cosas tan secretas que jamás deberían ser publicadas, por pudor. Algo como: «Me levanté, desayuné, miré por la ventana, no me pude decir mis propios pensamientos pues no estaban físicamente conmigo, aunque los podía ver a través de la ventana, al otro lado, solo los contemplaba, no podía nombrarlos al no estar de este lado, aquí, mi escritorio, mi boca, este cuerpo y muy lejos, allí, con las nubes, mis pensamientos, los veo pasar y desaparecer como cualquier individuo que cruza la calle». ¿Por qué ofrecer resistencia a este desvanecimiento del ser? ¿Por qué concentrarse innecesariamente?


Claro que... este nuevo estado histórico-mental solo es momentáneo, todo regresará de nuevo, la trasformación es inevitable y todo ser, incluso el más enfermo, tiene la necesidad imperiosa de reunirse entorno al conjuro de sí mismo.

3 comentarios:

nueva gomorra dijo...

Desde aquí agradecemos a Azul su colaboración reseñática en clave literaria impresionista. Es un placer tenerte en la ciudad. Bienvenida.

"Todo ser, incluso el más enfermo, tiene la necesidad imperiosa de reunirse en torno al conjuro de sí mismo". Por esto, entre otras cosas, leer a Virginia Woolf.

L'enfant qui cherchait Goz -NG-

Juan Cruz López dijo...

No sabía que Virginia Woolf escribía cuentos, pero ahora me los voy a leer.

Anónimo dijo...

azuuuuuul, que eres una azuuuuuuuuuul... la verdad es que después de leer tu reseña me dan ganas de intentar de nuevo leer a virginia, que la dejé por imposible... besos azules.

juliette croûte