14 mar 2015

Sus ojos eran melancólicos como los de un mono


Si me pusiera pedante podría decir «a los lectores afines al relato les parecerá que el Retatro del artista adolescente de James Joyce contiene más paja de la que se puede tragar». No hace falta ponerse así (querido Juan) pero creo que es cierto.

Sin embargo, es una novela que hay que leer, sobre todo si uno quiere comprender la evolución posterior del escritor y sus derivas literarias, por entonces novísimas. De todas formas, el libro tiene páginas memorables y frases sueltas que, como la del fragmento de abajo, te dejan sin hipo o te resultan sugestivas a pesar de su aparente trivialidad (como cuando al describir un personaje escribe «sus ojos eran melancólicos como los de un mono»).

En definitiva, si tenéis oportunidad, echadle mano.

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