25 sept 2011

Tomenta de arena

Grabado de Gustave Doré

Abrí los ojos en la noche
y vi el rostro
joven
y también bello
de Rosa Amalfitano,
pero Rosa Amalfitano no existía.

Luego intenté dormirme.

Soñé con cruces en el desierto,
con manos y pies varados
como restos de un naufragio
sobre la arena estéril.

Soñé con perros negros
y viejos ermitaños locos,
con pájaros funestos
pareciera que fugados
de algún cuento de Lovecraft,
y desperté creyendo
que una tempestad de arena
me había devorado.
Sentí la piel en carne viva.

Ahora sé por qué hay hombres
que duermen por las noches
apretando un amuleto.

Juan Cruz López

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado... especialmente apretado y bien urdido:
"Soñé con cruces en el desierto,
con manos y pies varados
como restos de un naufragio
sobre la arena estéril.

Soñé con perros negros
y viejos ermitaños locos,
con pájaros funestos"

No sé si aludir a Lovecraft explícitamente era necesario ;-), estaba ahí ya.

Hay también algo aue me hace pensar en Hoffmann en el ambiente descrito que me gusta. Lo he disfrutado.

Gracias.
María

Isabel Tejada Balsas dijo...

uooo O.O

(tremendícolo Juan)

Juan Cruz López dijo...

Claro, María, estaba pensando en los chotacabras. Atinada siempre. No creas, es algo que está bailando -lo de la mención expresa, digo- desde que escribí el poema hace más de un año.

Graciás Bel.

Anónimo dijo...

Juanito, sigue con esos sueños hiper dementes. Ángel

Roque dijo...

Chotacabras, Juan, esos pájaros terrorifícos. Bravo. Solo de pensarlo tiemblo. Genial.

Juan Cruz López dijo...

Ángel, gracias. Terroríficos y feotes, aunque un poco graciosos. Un saludo, Roque.