Entre otras locuras, en tercero de B.U.P. quise escribir una novela sobre la guerra civil. Por aquel entonces escribía el que suponía primer título de una saga de narrativa fantástica que se quedó en las ochenta páginas. En aquel año parecía que había tiempo para todo y ganas, sobre todo ganas, de hacer cada vez más grande la bola de la ilusión. Por eso hice un pequeño resumen del proyecto de novela que tenía en mente y se lo pasé a mi profesor de literatura, hoy un buen amigo, que durante aquella primavera nos sacaba al patio para dar clase y leer poesía, mientras veíamos a las chicas de C.O.U. hacer gimnasia. Algo cercano al paraíso.
Todavía recuerdo que me devolvió aquel resumen con cierta satisfacción y que al final de aquellas pocas páginas había anotado dos títulos que me recomendaba leer para ambientarme o tenerlos como referencia. Uno era Cambio de bandera, de Felix de Azúa, y el otro Señas de identidad, de Juan Goytisolo, el libro que acabo de leer.
Señas de identidad, incrustado ya en la historia de la literatura, es imprescindible para conocer de dónde viene la novela contemporánea en español. Ahora entiendo muchas cosas que pasaron después. Caben muchas historias en este libro, pero todas se sostienen sobre la principal: un joven de treinta y dos años, hijo renegado de la burguesía catalana, regresa a España después de varios años de exilio entre las filas de la progresía parisina. Vuelve con una mochila llena de preguntas, intentando, antes que nada, reconstruir el mapa de su identidad.
Un protagonista que bucea en las tripas del pasado con una mirada lúcida, afilada, que se vuelve contra él a cada instante. Una mirada capaz de destruir los asideros sobre los que se habría de conformar la identidad del joven renegado. La historia de una búsqueda.
De aquella novela de la que os hablaba al principio, creo recordar que no escribí ni una sola línea. Se quedó guardada en el zurrón mental, como tantas otras. Al menos me sirvió para tener una primera referencia de este libro, Señas de identidad, que ya os digo, me parece fundamental en la biografía de la novela contemporánea en español.
3 comentarios:
Juanito, llevo llamandote varios dias y una de dos, o pasas de mi culo o te ha secuestrado una banda de europa del este que pedirá por ti un suculento rescate. si es lo segundo dile que como no vendan tu coleta se van a comer una polla si esperan dinero, pero que vendiendo tu coleta en el segunda mano quiza saquen algo como sustitutivo de cola de mapache...si es lo primero, echame el tfn y me invitas a una birra...coño!!!
Angel
Pero qué clase de comentarios son estos, eh, esto es un blog serio, copón. (¡Viva la cola de mapache!)
este libro debería ser obligado a partir de los cuarenta
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