Yo no sabía lo que era una presentación. Bueno, sí lo sabía, pero jamás había asistido a la presentación de un libro que hubiera escrito yo y donde, además, estuviera del otro lado, es decir, del lado del autor.
Compañero, compañera, atiende. Aquí están los consejos a tener en cuenta para la presentación inicial de tu primer libro: 1) Intenta que el día que elijas no sea el más lluvioso del año, pues buena parte del aforo que preveías se quedará dormido en casa, arropado por el soniquete soporífero de la lluvia en los cristales y la cucharilla en el café con leche. 2) Si invitas a tu editor, por favor, escucha atentamente, es necesario que no estés cabreado con él (o al menos no lo manifiestes en público). 3) No llegues borracho.
Volvemos al asunto... La presentación, eso sí, nos sirvió (Paz acompañaba, por supuesto) para conocer qué es una librería valiente (La Fuga) y cómo se pueden encontrar lectores sin complejos, a su manera contaminados por una lectura antisistema de la historia de la literatura, en cualquier sitio.
Creo recordar que los relatos que leímos fueron Araña, Detective y Fuego. Paz hizo una introducción brutal y recitamos algún poema. Contestamos a las preguntas e intentamos mantener el tipo. Soportamos alguna mirada de reprobación.
En el tiempo de los vinos y las birras, mis nuevos amigos me dijeron que les gustaba mi manera de entender la narrativa. Uno de aquellos poetas me dijo, incluso, que se me veía esperanzado. Y cómo no estarlo -le dije, las manos ya fuera del pozo-, si me quedo corto cuando digo que este libro me ha sanado las heridas.
2 comentarios:
Si alguna vez presento un libro, tendré en cuenta tus consejos. Principal, el 3º.
Un saludo.
Marga.
Ni que lo digas, Marga.
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