18 sept 2010

Las aventuras de Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle


1.

El libro Las aventuras de Sherlock Holmes fue prohibido a mediados de la década de los veinte del siglo pasado en la URSS. Causa: ocultismo. ¡Fue prohibido por ocultismo! A Lenin se le fue la perola o es que estaba chocheando... Quizás fue una sugerencia que le hizo Stalin por la oreja derecha (mientras Trostsky le contaba un chiste de Lepe por la izquierda). No lo entiendo.

Tampoco comprendo por qué se censuran en algunas ediciones juveniles los párrafos donde el bueno de Holmes, para escapar de la abulia y el estancamiento intelectual, se pincha una mezcla de heroína y cocaína. Si hubiera cambiado la vía de administración, nos podríamos imaginar a nuestro investigador en un portal de, por ejemplo, las 3000 de no sé dónde fumando speedball. Y entonces sí que sería un personaje auténticamente marginal (a Holmes su inteligencia le condena al ostracismo).

2.

Sherlock Holmes nunca falla. Cuando quiero desaparer del mundo me arropo la cabeza con una de sus aventuras. Si no lo tengo a mano, me pongo nervioso y tengo que buscar un sustitutivo. Me voy al botiquín de urgencias: Todos nosotros, de Raymond Carver, puede valer.

A mí me da igual que se repita siempre la misma estructura en sus historias. No me molesta tampoco que siempre acabe resolviendo el crimen. Y paso por alto el hecho de que novela tras novela, relato tras relato, Watson sea siempre el secundario de oro condenado a narrar las aventuras del otro.

Y es que me pasa lo mismo que con los libros de Julio Verne, que, sencillamente, me cuesta un gran esfuerzo parar de leer. Por eso digo que las aventuras de Holmes me sirven de refugio. Porque me valen para detener la máquina mental y olvidarme de todo lo que esté fuera de la historia contada por Doyle. Podría decirse, que utilizo sus libros para sabotearme el ánimo.

1 comentario:

carmin31 dijo...

s que me pasa lo mismo que con los libros de Julio Verne, que, sencillamente, me cuesta un gran esfuerzo parar de leer. Por eso digo que las aventuras de Holmes me sirven de refugio. Porque me valen para detener la máquina mental y olvidarme de todo lo que esté fuera de la historia contada por Doyle. Podría dec symcdata.info/gobierno-de-ramon-castilla/