Es este.
Me lo dejé olvidado en el asiento de un tren con destino a Ávila.
-Y qué demonios hacías en Ávila.
-Iba de paso. Venía de Salamanca, la ciudad de las despedidas de soltero.
-No me digas que te casas...
-No.
-¿Entonces?
-Entonces qué.
Volvemos al libro y dejamos a Julia con sus divagaciones... Ya estamos aquí: un libro perdido. Un buen libro de un enormísimo cuentista. Relatos sobre las relaciones de pareja, el hastío, el sexo y el dolor del paso del tiempo. Flores marchitas en el jarrón. Abrigos de pana con olor a naftalina.
-¿Tenías subrayados?
-No, esta vez no.
-Estás cambiando.
Me lo dejé olvidado en el asiento de un tren con destino a Ávila.
-Y qué demonios hacías en Ávila.
-Iba de paso. Venía de Salamanca, la ciudad de las despedidas de soltero.
-No me digas que te casas...
-No.
-¿Entonces?
-Entonces qué.
Volvemos al libro y dejamos a Julia con sus divagaciones... Ya estamos aquí: un libro perdido. Un buen libro de un enormísimo cuentista. Relatos sobre las relaciones de pareja, el hastío, el sexo y el dolor del paso del tiempo. Flores marchitas en el jarrón. Abrigos de pana con olor a naftalina.
-¿Tenías subrayados?
-No, esta vez no.
-Estás cambiando.
El libro estaba limpio como una patena. A medio leer. Página sesenta y pico de ciento treinta y tantas... Una pena. Dentro una pegatina como corte de lectura y un correo electrónico. A esa dirección de correo electrónico, la del encargado del pub Delirium, tenía que enviar los nombres de los poetas que participarán en el próximo recital de Nueva Gomorra (19 de junio, no os lo podéis perder). Esta vez parece que seremos Yolanda Ortiz, Ángel Rodríguez, Víctor Mesa, Sergio Franco y yo. Aunque puede ser que contemos con la presencia de una extraordinaria poeta que pareciera ser -por aquello de su secretismo- de la Generación Ausente, tan querida por nosotros.
Se me ha perdido un libro, no nos vayamos por las ramas. Si alguien se lo encuentra que lo lea y se aproveche. Es un buen libro. La pegatina podéis pegarla en vuestras agendas de trabajo. Yo es lo que hago. Apuntar y tachar cosas. Tachar. Tachar. Y cagarme en los laureles.
4 comentarios:
Pasable símplemente, para pasar el rato diría yo. Yo te lo paso si no lo encuentras.
yo lo perdí volviendo de Zamora. Menos mal que lo había leído entero...
ese libro lo tengo yo, en costa rica... la otra noche me lo dejé olvidado encima de la tapa del water y, como todo aquí, se humedeció... normalmente lo tengo en la mesita de noche, al lado de una vela verde y de otros libros y de películas piratomexicas... y será otro de mis libros dejados a medias, aunque creo que estoy cambiando en ese aspecto, ahora casi siempre los termino... sigo cambiando cosas que nunca creí que a ciertas alturas cambiarían... sigo rompiendo mitos, antes incluso de haberlos considerado mitos, por si las moscas... una ya no está dispuesta a llevarse decepciones como las de antaño, y el respeto pasa poco ahora, ya sabeis a qué me refiero exactamente, banda...
besos gomorritas sísmicos de 6 grados...
Qué pasa Mortimer. Ya no te conocerán por tu rastro de libros dejados a medias... Eres una destructora de mitos.
Un besote.
¡Espero que no te hayan afectados las inundaciones!
Publicar un comentario