23 may 2010

Roque Dalton (1935-1975)

Roque Dalton, el hijo del gringo y la enfermera. Roque, lector voraz, amigo de Gelman y tantos otros. Viajero impenitente. Conoció la Unión Soviética, Checoslovaquia, México, hasta Corea (la del norte).

Roque Dalton, biznieto de uno de aquellos bandidos inolvidables, los hermanos Dalton, siempre huyendo de la policía, como ellos, dio con sus huesos en la cárcel y fue condenado a muerte. En el año 60, justo un día antes de ser fusilado, el golpe de Estado que derrocó al dictador José María Lemus, le puso en la calle. Y luego en el 65, pocos días antes de su ejecución, un terremoto tiró las paredes de su celda y después de escapar, se confundió entre los feligreses que procesionaban un santo por las cercanías. Un hombre tocado por a suerte que al final no lo fue tanto.

Roque Dalton, el espía de la CIA, eso fue lo que dijeron. El que fue acribillado por sus compañeros del ERP que lo creían tapado de los yanquis, un esbirro de la contrarrevolución. El hombre que murió por una mentira y un poeta grande, muy bueno, que hay que leer.

América Latina

El poeta cara a cara con la luna
fuma su margarita emocionante
bebe su dosis de palabras ajenas
vuela con sus pinceles de rocío
rasca su violincito pederasta.

Hasta que se destroza los hocicos
en el áspero muro de un cuartel.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...los sembradores de maíz en plena selva extranjera,
los reyes de la página roja,
los que nunca sabe nadie de dónde son,
los mejores artesanos del mundo,
los que fueron cosidos a balazos al cruzar la frontera,
los que murieron de paludismo
o de las picadas del escorpión o de la barba amarilla
en el infierno de las bananeras,
los que lloraran borrachos por el himno nacional
bajo el ciclón del Pacífico o la nieve del norte,
los arrimados, los mendigos, los marihuaneros,
los guanacos hijos de la gran puta,
los que apenitas pudieron regresar,
los que tuvieron un poco más de suerte,
los eternos indocumentados,
los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo,
los primeros en sacar el cuchillo,
los tristes más tristes del mundo,
mis compatriotas,
mis hermanos.

Juan Cruz López dijo...

Qué buena aportación. Gracias.