Ocurre por las noches que pienso en el Currata. Algunas noches, no todas, eso está claro. Lo imagino dando vueltas en su habitación, bebiendo chupitos de ron (¿sí?) y viendo pelis. Escribiendo algo parecido al testamento del doctor Mabuse. Conspirando. Y no me queda más remedio que solidarizarme con él... Pienso en sus alumnos y en el telediario -así lo llama Versalles- y en qué dirían nuestros honorables metecos, cada vez más disidentes con nuestra más que evidente falta de permeabilidad, de las clases de antropología económica de nuestro más ilustre calderero. Es interesante la noche insomne de todos los De la Rogne juntos... Te puedes encontrar un concierto de Melissa Aldana o de Zigmat. Y es entonces cuando decides no dormir, trabajar hasta que el cuerpo aguante o una mujer te mire como diciendo qué cojones estás haciendo otra vez...
3 comentarios:
Generalmente despues de diez chupones es logico que imaginemos cosas y le demos visos de realidad, mas la cruda nos depara sorpresas que ni el hielo logran aclarar...
Qué bien, una rima consonante andando bien vivita y coleando por la city...
qué bueno que te solidarices con los insomnios ajenos y te acuerdes de los tragos de rón, esos pobres huérfanos encerrados en botellas profundas. Lo de conspirar es una excusa para no desistir, dirán algunos, aunque cuando tu cara empieza a reflejarse en el tapete no queda otra que encender la TV y esperar una señal. Ya sabes que los vendedores del teletienda tienen todas las respuestas: ellos perdieron la virginidad antes de tiempo y han llorado en todos los barrios.
El Hambre Eterna.
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