
-La colegiala. Un sábado, por fin, sucedió. Yo estaba en mi puesto, detrás de las cortinas, desnudo. Miraba la persiana de cañas, sobre la que la luz de la tarde iba venciéndose. Apenas si quedaban unos minutos de luz solar, cuando la persiana se iluminó, desapareció, dejando a la vista la habitación. La chica estaba dentro, de pie. La veía perfectamente, salvo la parte inferior de sus piernas. Llevaba vaqueros, y un top naranja muy ajustado. Acababa de volver de estar con sus amigas, quizá de ir al cine, quizá de intercambiar risas neviosas y presexuales con otros chicos de su edad. Miraba algo en el escritorio, de espaldas a mí. De pronto, se irguió. Sus manos desaparecieron de mi vista y, de inmediato, su cinturón fue desabrochado y dejado sobre el respaldo de la silla.
5 comentarios:
¡Buen rizo!
Buenísimas Clara y Clarita, a cual mejor.
Buena opción.
El libro me lo he leído en una tarde (parecía el bueno de Blumm, con su velocidad de lector bala), y sí, me ha gustado mucho. Es el primero de Olmos. Me quedo con ganas de más.
¡Vaya fama!, jeje.
De Olmos el que más me impactó fue A bordo del naufragio, novela finalista del Herralde. Curiosamente el que menos gracia le hace al autor, o eso le he leído alguna vez. Ese año ganó el Herralde tu admirado Bolaño.
Después, por orden preferente:
2ª. El estatus.
3ª. Trenes hacia Tokio.
4ª. Tatami (la que menos me ha calado de las que he leído).
Son libros que se leen en una tarde. Bueno, quizás Trenes en dos.
Te animo a leerlos todos. Tiene otra por ahí pero no consigo localizarla, vamos, hacerme con ella.
Hola. De nuevo por aquí. De Olmos solo he leído El estatus, y fue tras leer una reseña en Mercurio. Pero la mayoría de la gente, de mis conocidos al menos, coinciden en afirmar que Trenes hacia Tokio es la mejor. En fin... Sobre gustos.
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