12 ene 2010

La gaviota y Amalfitano


Laura Borràs se equivocaba... Pero Laura se puede equivocar todo lo que quiera y más. Lo digo porque en el prólogo de Cuento y aparte habla de este pequeño relato, el que ahora leeréis, y dice que lo que se posa en el tendedero es una gaviota, una gaviota pájaro. Pero no es así, lo que cuelga del tendedero es otra gaviota, esta de la que habló ayer Paz, la de Chejov, La gaviota del que dijo que un perro hambriento sólo tiene fe en la carne. En realidad el microrrelato es un pequeño homenaje a Amalfitano, un extraordinario personaje de 2666. Un hombre que tendía libros al sol.

AMALFITANO

No, dijo Amalfitano, el valor no nos traiciona jamás.
2666, Roberto Bolaño

Terminó de leerlo aquella misma tarde. Era un libro fino y el trámite sería más sencillo que de costumbre. Salir al jardín era contemplar el paisaje más tranquilizador del mundo. Observó complacido como el humo del cigarro se le enroscaba entre los dedos. Una vez más, y a pesar de todo, se sintió afortunado. Apartó de su cabeza la certeza de ser feliz. Cerró los ojos. Los abrió de nuevo: La gaviota de Chejov surcaba el aire colgada del tendedero, como si conociera las corrientes.

1 comentario:

nueva gomorra dijo...

Estaba el hombre que tendía los libros al sol, para que se secaran, para que se airearan... aquel amigo de Bolaño (¿o era Bolaño?) que no paraba de leer, ni siquiera en la ducha, la mujer francesa que pasaba sus días en la Plaza de Saint Michel con un libro viejo de Maupassant que leía una y otra vez... el hombre que condenaba (que condena) la única ventana de su habitación con libros, preferentemente ensayos de historia y literatura norteamericana (me gusta imaginar)...

Me encanta este micro, nene, minimal, "La gaviota" se mueve como pez en la historia de la literatura, cuando lo leí la primera vez pensé que debía de ser algo así como que Chéjov también sabía, como Bolaño, que estaba moviendo algo grande, casi como inventar la rueda.

P.D. Esto podría ser una hidra ¿no? la enganchamos con Carver, con el ruso, el chileno y el jiennense y voilà que se yergue el animal famélico con sus múltiples fauces.

Rocamadú -NG-