Ayer fui a rebuscar entre las cintas (casetes) que guarda mi padre en la guantera de su coche. Ahí dentro solo hay algo parecido al desierto y al horror, como si en mitad de un descampado te encontrases con tres o cuatro crucificados que agonizasen. Casi me doy por vencido... Un coche viejo que apenas se usa siempre puede esconder alguna sorpresa (aunque casi siempre sea desagradable...). Pero en este caso, qué es lo que me encuentro... ¡Una cinta de Juliette Croûte! Pero de quién, os preguntaréis. Agarraos fuerte: Golpes Bajos en la cara a y Crina crisis (¡¡¡China crisis!!!) en la cara b. ¡Empoderamiento ochentero! Pero qué bueno escuchar al loco de German... Germán Coppini, joder, qué nombre más neogomorrita... Lástima que al llegar a casa los busque en el Spotify y no me salgan. Entre Fiesta de los maniquíes y La santa compaña, me quedo con esta, porque Juliette se la sabe de cabo a rabo y porque cuenta una historia de terror. ¡Viva Galiza ceibe!
2 comentarios:
Galicia como tierra del terror, me recuerda a las mejores películas japonesas de nenas de pelos largos y uñas que no cesan de crecer, la fantasmagoría de "Kitchen" de Banana Yoshimoto y algo que es peor que la última escena de la Matanza de Texas (el baile del horror con motosierra).
La historia de la Santa Compaña es fascinante, tanto como que la Croûté se sepa todas las canciones de principio a final, sí, un sombrero para Juliette
gracias por el sombrero, me lo pondr{e para no insolarme en la playa....
sigo la procesion
con un hacha de cera
soy una parte de dios
que aterroriza la aldea
entablo amistad
con fantasmas y visiones
bañando en terror
a los pobres de espiritu...
(tinoni tinoni tinoni
a santa compañaaaaaaaaa)
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