Mi mente, es un hecho, tengo pruebas de ello, es capaz de mantenerse inmóvil sobre las alas de un colibrí. No solo de mantenerse, sino de girar en torno a ellas. Y cuando funciona a pleno rendimientos, no hay quien detenga esos giros. Las máquinas trabajan sin descanso, sus dispositivos rara vez se enfrían. Y aunque suelo olvidar todo lo que posee alguna importancia -razón por la que la gente me confía sus secretos-, mi mente goza de un prodigioso talento para el almacenamiento del dolor. Ningún tormento se pierde en el olvido, en ningún momento disminuye en color, intensidad o calidad de sonido. Fue archivado para estar a mano.
1 comentario:
Dave Eggers es uno de los jóvenes escritores norteamericanos que según la crítica están revolucionando el panorama narrativo norteamericano. Director de McSweeney´s, una interesante revista literaria estadounidense donde han publicado todos esos narradores de los que hablamos, ha visto como esta novela global (Ahora sabréis...) se alza con varios premios importantes. De todas formas, sigue a la sombra de Palahniuk, que como dirían por ahí, sigue siendo "el maquinista de la generación".
Juan -NG-
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