Último round: en un sueño te veo, es un salón en el París decimonónico, no sé muy bien que hago allí. Soy un ojo abierto, a punto de quebrarse, me parece que tú eres una sala de ese Salón de arte. Hay tipos que intentan descifrar lo que ven, señoronas adineradas que pujan, críticos de arte poniéndolo todo perdido con sus vómitos exquisitos, palabras que empercuden las esculturas del salón (tan limpias). Los visitantes no pararon de beber desde que llegaron. El olor del alcohol está por todas partes. Una niña entra en la sala (la penetra), lanza al aire un puñado de flores blancas que acaban rodando en el ambiente, bulanicos se retuercen, vuelan pelusas ajenas a las voces engoladas de los señores gordos. los tigres blancos irrumpen en la sala... una vez más los tigres.
El destrozo es inmaterial. Me despierto sobresaltada.
Tal vez no estaría mal una serie de onirorrelatos, pero algo me dice que por ahora tendrán que esperar.
4 comentarios:
pues yo creo que serías una onirorrelatista bastante buena... parece que le has ganado la partida al html díscolo!
He de reconocer que no, que la partida me la ganó él a mí, pero que luego llegó Julinsky (la versión amazona rubia de MacGyver) y ¡zás!, en cero coma lo dejó fuera de combate... como en uno de los mejores relatos del "Club".
Ese!
Linda Durán -NG-
Una secretaria soñaba que podía soñar lo que se le viniera en gana. Corten!
A nosotros las secretarias nos encantan, aunque sean neogomorritas!
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