
La crisis y casi desaparición de las opciones de la izquierda transformadora y revolucionaria, presente en nuestras sociedades de capitalismo desarrollado, ha comportado también, necesariamente un retroceso del pensamiento avanzado no únicamente en su dimensión política y social sino también como instrumento de pensamiento y como herramienta de trabajo en ciencias sociales. Las nuevas generaciones de estudiosos de los temas sociales (historiadores, economistas, sociólogos, filósofos...), pero también los militantes sociales y políticos de las nuevas hornadas, tienen o tendrán dificultades para poder encontrar textos básicos que en otras épocas eran relativamente fáciles de hallar. Las bibliotecas de los viejos militantes suelen acabar, no quemadas como en Farenheit 451 pero sí en los contenedores a medida que sus poseedores ingresan a una residencia o encaraman el camino del cementerio. Las bibliotecas de las universidades acaban amortizando libros esenciales que han sido útiles a generaciones de estudiosos y de militantes para pensar el mundo y para transformarlo. Toda una tradición está en peligro de extinción. Ray Bradbury escribió ya hace muchos años una novela bajo el título Farenheit 451, en que se relataba una sociedad supuestamente feliz que vivía bajo el imperio de la cultura audio-visual de masas, y bajo el control férreo de un gobierno cuyo máximo objetivo es el de la felicidad de sus ciudadanos a través del consumo. Se trata de una sociedad en la que los bomberos queman los pocos libros que quedan y que son denunciados siempre por vecinos deseosos de contribuir a la gobernabilidad y al control social. Precisamente Farenheit 451 hace referencia a la temperatura a la que quema el papel. Pero siempre hay un grupo de irreductibles que pretenden resistir y preservar para las nuevas generaciones el patrimonio, literario, filosófico y cultural de la humanidad. Es el caso de los hombres que viven en el bosque y que cada uno aprende de memoria un libro con el objetivo de poderlo transmitir a las generaciones futuras. Estos hombres del bosque son los árboles de Farenheit. Esto es lo que intentamos hacer con la biblioteca de ciencias sociales: permitir que el patrimonio liberador de los textos del movimiento obrero y popular que al menos desde la Revolución Francesa se esfuerza por establecer el reino de la igualdad y de la libertad, no desaparezcan del todo. Ponerlos al alcance de todo el mundo. Abrir un puente entre generaciones para poder trasladar algunas de las herramientas que las tradiciones emancipatorias usaron en su lucha. Ésta es una tarea colectiva. Es una tarea también sin fronteras ideológicas, en las que todas las tendencias y culturas emancipatorias tienen un espacio. Tú, estudioso de las ciencias sociales, tú viejo o nuevo militante poseedor de un texto en papel, difícil o imposible de encontrar más allá de alguna librería de viejo o de alguna biblioteca en peligro de extinción... Da lo mismo que sea un libro, un panfleto, un periódico clandestino, puedes hacerlo llegar y el equipo de Farenheit lo socializará a través de nuestra biblioteca virtual. Los árboles de Farenheit es una iniciativa de la asociación cultural Espai Marx.
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1 comentario:
Desde NG damos la enhorabuena a la asociación Espai Marx por esta estupenda iniciativa.
Bram -NG-
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