detras de nosotros, un paseo

aún me miro en el espejo y me descubro devolviendo la sonrisa los destellos de los días tan salvajes de las barras de los bares tan mojadas digo adiós a las paredes boquiabiertas abandono mi espesor de precipicio calculado se estremecen los cristales en el suelo la aparente elevación de los techos asustados yo paseo mi deseo me traslado de repente acompasando una cadencia de emergencia una aflicción exponencial un temporal un recital de cementerios olvidados las palabras se escabullen como estúpidas canciones mientras robo a viejas damas de sonrisa descosida soy un hombre resfriado enloquecido enamorado de ademán traspapelado de camino al hospital yo me pierdo entre las nubes las preguntas las letrinas disparando a fuego lento el renacer de las farolas y despierto entre los hierros que templaron mi divisa y descubro mi afición que es intentar perderlo todo y pensar en regresar cuando todo está perdido y regreso a aquel lugar y la partida ha comenzado las manos sobre el tapete tu sonrisa acusadora un holocausto de miradas apostando al infinito y mis manos entregadas te desnudan pero el tiempo ya pasó y tu has ganado veo mis manos se deshacen recogiendo las propinas