29 ene 2009

Un blues en Tokio (respuesta desde un bosque noruego)


El blues, esa música descendiente directa de esclavos, canciones de tristezas con una sonrisa en la voz, sufrimientos que se cantan porque se está jodido y no más.

Tokio Blues, apesadumbrado y desesperado… pero también un azul profundo de cielo que da calma. Lucidez, pérdidas y encuentros. Esperanza, laberintos sin hilo de Ariadna y sed de vida.

He de confesar que este libro lo leí con otros ojos. Y ahora vuelvo a revivirlo y lo releo, mezclándolo todo con recuerdos construidos de un lector en continua deconstrucción. Una lectura que absorbe y que no da tregua, si acaso, apenas para agarrar un lápiz y subrayar algo: «Mientras avanzaba a paso ligero guiando a los demás, su corazón se debatía en soledad en el fondo de un sombrío cenagal. Desde el principio, percibí estas contradicciones con toda claridad sin entender por qué la gente no las veía. Aquel chico vivía llevando a cuestas su particular infierno», o «Lo que nos hace personas normales es saber que no somos normales».

En honor a la verdad me gusta la sinceridad y el aplomo de Watanabe, y también la otra cara de la misma moneda que es Nagasawa, tal vez más inicuo y más realista. De igual manera sucede con la triste Naoko, perdida y quebrada por una angustia que llega de los más invisible, y su compañera de cuarto Reiko, también el envés desde la oscuridad, buscando un pasillo que por fin empiece a iluminarse aunque sólo sea levemente. La muerte, tan presente aquí en formato de suicido, no es sino una constante a lo largo de la vida; ya sabéis, no es su antagonista sino parte indisociable de ella misma.

Tokio Blues, metáfora de vidas que se derrumban y que se levantan, una instantánea a ritmo de escritura engañosamente tenue, un regalo, un manual de instrucciones para armar la soledad o para abrir un corazón y curarse, una canción de esclavos, una canción triste con una sonrisa en la voz…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

para unos días la siguiente reseña: blue tropic (una contracumbre en Noruega...).

Anónimo dijo...

Este libro será rerererereseñoreado y contrareseñeado hasta la saciedad por la rama noruega de NEW GOMORRE.

Según cuentan, el blues gustó mucho entre los refinados círculos de atunes y salmones escandinavos.


Un saumon norvegien