16 jul 2010

Mientras viajo

Mientras viajo en el penoso autobús que la compañía aún mantiene en servicio a pesar de tener más que cumplida su etapa de vida útil -hay que reducir costes y aumentar la competitividad nos dice la vorágine capitalista-, apago el reproductor mp3 de mi terminal móvil y casi por arte de mágia soy consciente de la existencia de la gente que me rodea.

No lo hago a posta, pero lo hago... Comienzo a reparar en las conversaciones de la gente que me rodea: ¿Viste el gol de Iniesta? Si es que son unos fenómenos -le dice el individuo situado en el asiento de mi izquierda a su contertulio. Seguramente en unos meses, cuando el vergonzoso negocio conocido como liga de fútbol profesional comience, dedicará unas palabras bastante menos agradables a "esos catalanes separatistas e hijos de puta", a juzgar por la camiseta de Cristiano Ronaldo que luce.

Intento apartar la parte consciente de mi entumecido cerebro de ese hilo de conversación pero por desgracia, mi maldita y pérfida agudeza auditiva capta el sonido de dos voces más agudas. Se trata de dos chicas jóvenes de no más de 20 años que ocupan su asiento delante del mío. Solo escucho las cuatro primeras palabras: lo dijo la Esteban.

Hago click en el botón de play de mi terminal móvil y escucho la divina melodía de Karl Orff... Ya he tenido suficiente realidad por el momento. Esta mañana pienso que aún hay esperanza para esta deplorable y lastimosa sociedad y no quiero joder el día escuchando la triste realidad... Me reclino en mi asiento, disfruto de la música y medito.

DamnWiget

1 comentario:

Roque dijo...

La verdad es que el panorama es bastante triste. Pero supongo que todavía podemos escaparnos, ¿no? Ya sea con la poesía o con la música, pero de alguna manera o de otra podemos, si no evaporarnos, al menos evadirnos (aunque no solucione nada).