15 jul 2010

Fractal

Sitúate justo en mitad
de una gran salina,
donde haya solo dos planos,
el del cielo y el del suelo lleno de sal.
No hay montañas ni nada que interrumpa
la rectitud de la visión hasta el horizonte,
es más, imagínate que toda la Tierra
fuera una gran bola de sal
y tú estuvieras situado en un punto de la misma
totalmente erguido.
Pues bien, ahora imagina
que de tus propios pies nacieran unas líneas rectas
en dirección a los puntos cardinales
(considerando que hay tantos puntos cardinales
como ángulos tiene una circunferencia).
Verás que desde ese punto
que llamaremos punto de origen (PO)
tendrás 360 posibilidades
de andar en una dirección (A).
Pero ahora imagina que el plano
donde te encuentras (PO) se inclina 1 grado,
por ejemplo, hacia el frente...
Podrías repetir la misma operación
otras 360 veces (A + 1 grado), continuando
con la inclinación hasta alcanzar los 360 grados (A + 360 grados).
Y eso sin calcular las posibilidades que habría
si nos inclináramos hacia la derecha o la izquierda.
Entiendes ahora por qué León Felipe confundió
una estrella por la luz de una posada.

Curro Jiménez Melero -NG-

2 comentarios:

nueva gomorra dijo...

Felicidades Curro.

Espero que sigas escribiendo, con tu hijo en brazos, bajo un puente, como decía B., pero escribiendo...

Un abrazo compañero.

Roque dijo...

Muy original, Curro. Aunque no tiene demasiado que ver con el resto de poema, verdad...