19 jul 2009

Todas las puertas abiertas, de Pedro del Pozo


Cuando uno vive junto al fuego
tiene que estar atento a cada detalle
porque cualquier mínimo despiste supone un callejón sin salida.
Cuando uno vive junto al fuego
y juega desde chico a ser mejor que nadie
los tropiezos son batallas a vida o muerte en lo profundo del cerebro
y hasta los gestos bienintencionados
corren el riesgo de convertirse en puñales.
Cuando uno desde siempre ha vivido en el mundo del fuego
a veces tiene ganas de quedar a oscuras y lejos de todo
y ser como la velita que brilla en lo más hondo de la cueva.

4 comentarios:

Bram dijo...

Esa piromanía tuya acabará con todos
podría haber sido un verso de aquella poeta maldita que no llegaste a conocer.

La editorial Libros de la herida se está convirtiendo en un clásico de la ciudad. Yo el otro día terminé, "País", de Alberto Porlán, de la misma colección. A este último le va como anillo al dedo el título de la colección, Poesía en resistencia; pero hoy Alberto del Pozo, Porlán otra textura.
Ahora que descanse esta tenue velita al fondo de una cueva solitaria donde el fuego sea, por unas breves horas, tan solo su reflejo.

Ígneo Bram -NG-

Comtessa d´Angeville dijo...

Pues es bonica esta piromanía, en mi pueblo dicen que qui juga amb foc es pixa al llit (que quien juega con fuego se mea en la cama)

nueva sodoma dijo...

que quien juega con fuego se mea en la cama!!!

nos parece buenísimo este lema populofascista!

nueva gomorra dijo...

el libro tiene algunos poemas memorables, como este

que sea lo permanentemente abierto
nuestra victoria-
que sea el ruido de estar vivos
nuestra guarida-
que sea la alegría siempre descontenta
nuestra heroicidad
de todos los días-

magnífico Pedro del Pozo... hay ganas de leer País

Juan -NG-