31 jul 2009

En el camino, de Jack Kerouac


¿RESEÑA?

Quedamos tumbados de espaldas mirando el techo y preguntándonos qué se habría propuesto Dios al hacer un mundo tan triste.
Jack KEROUAC

Lo frenético. La locura de un optimismo irrefrenable, pero a la vez triste, tristísimo. Acaso es eso posible… Comerse el mundo, devorarlo, para luego morir de asco ante lo cotidiano. ¿Dónde? ¿Cuándo? Quizá no sea posible contemplar las montañas rocosas, pero tal vez estar frente a ellas dos días seguidos nos conduzca al hartazgo. Decir que uno prefiere dormir y no sentir el viento frío de la mañana es como afirmar que el sexo o las drogas son un mero entretenimiento. La aventura quizá no consista en hacer lo que se espera, sino en esperar lo imposible y disfrutar del camino. La carretera lo es todo. El paisaje también. Y, por supuesto, el instinto necesario que nos ayuda a liquidar cualquier intento, por mínimo que sea, de caer en la autoayuda o el orientalismo. Somos hijos de nuestro tiempo, aunque a veces nos sintamos como nonatos. Saber que hoy es más necesaria que nunca una revolución valiente que, a pesar de todo, acabe por superar de una vez por todas la mística conformista de la responsabilidad personal y demás miserias ciudadanistas. Esos tipos locos de En el camino parecen partirse la crisma con el muro de una realidad que parece no respetar sus ansias de plenitud, de unicidad. Es como una angustia ridícula y a la vez inevitable que nos trastoca la mente. Planes que se vienen abajo. Como esas veces en las que, sin saberlo, un fogonazo clarividente te rebaja la borrachera y te recuerda que estás preso, que todo es finito, que el absurdo está ahí, inconmovible, y que estamos solos, tan solos que no podemos sino gritar en el vacío, como lobos desesperados. Este es el sujeto: lobos. Ese el complemento: desesperados. Y aquel el verbo: aullar. Quizá algo falle, pero no será hoy, no será hoy.

-De Cuento y aparte, Juan Cruz López -NG- (en prensa)

3 comentarios:

nueva gomorra dijo...

Qué bueno, hijo de Lot. Estoy deseando leer "Cuento y aparte" en la edición impresa, ¿o qué?

Has dado en la tecla con los elementos sintácticos finales.

Menos mal que a veces hay manadas que simulan algo parecido a las ansias de infinito, aunque sea ya muy de noche y alcoholizados bramemos como perros condenadamente románticos. Menos mal que hay una mujer o un hombre, a miles de kilómetros...

Aún no conozco a una persona que no se haya preguntado alguna vez por la pertinencia (y cuando digo pertinencia estoy pensando más bien en relevancia) de todo este engranaje, broma macabra a veces, afortunadamente, la mayoría, camino.

El ídolo negro de la ciudad infierno -NG-

Anónimo dijo...

no sé si habrá ediciçon impresa finalmente, pero lo que no nos quita nadie es que el gran defenestrador no se ha salido con la suya... el 99 ha salido a flote finalmente, intacto y mejorado...

El capitán Nemo
-NG-

Anónimo dijo...

desde el país de los pendejos, me tomo un tequila a vuestra salud, además, haciendo honor a la reseña, empecé este libro en el avión camino a tenochtitlan... queridos hermanos y hermanas gomorritas, ni imaginais lo que os extraño... os quiero tannnnnnnnnnn........