Tercera entrega, maravillosa, de la obra inabarcable de Azad Daulati, que ya es un clásico en Nueva Gomorra. Su poesía, tan limpia y desprendida, sirve de acicate a todos los que, día tras día, siguen confrontando la deshumanización rampante a través de la escritura.
Cuando brindo contigo en la taberna
no recuerdo mi nombre ni mi patria,
no me importa qué sangre nos recorre,
no distingo tu lengua de la mía.
XXX
Rompamos contra el suelo las vasijas,
aullemos con la fiebre del combate.
La guerra está perdida de antemano,
pero vayamos riendo hacia el infierno.
2 comentarios:
me lo tomo prestado muy sugerentes muy buenos
Es un librazo, la verdad.
Publicar un comentario