18 jun 2015

Sobre el consumo cultural


La superproducción de signos y la reproducción de imágenes y simulacros conducen a una pérdida del significado estable y a una estetización de la realidad en la que las masas se ven fascinadas por el inacabable flujo de yuxtaposiciones que impone la publicidad, la propaganda, la televisión, lo que lleva a este espectador del mundo y de su propia vida más allá de todo sentido estable en cuanto a su aprehensión del mundo. De esta manera, se ha desarrollado una auténtica cultura sin profundidad, en la que de manera aparentemente paradójica la subjetividad ha desaparecido y se ha visto dominada por la lógica del simulacro, lo que refuerza e intensifica la lógica del capitalismo. Así, la cultura misma ha perdido su autonomía respecto a la esfera de la ideología dominante y en ella el consumo ha adquirido, mediante la manipulación activa de los signos y los sistemas simbólicos de los individuos, una centralidad inédita. Es por ello que el consumo se ha vuelto esencialmente cultural a medida que se desregulaba la vida solcial.

Con sumo control. Deseo, consumo, control, dominación.
Martín Paradelo (Piedra Papel Libros, Jaén: 2015. P. 66).

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